Este blend de Carmenere (68%), Cabernet Sauvignon (24%) y Petit Verdot (8%) se hace con el mosto más concentrado de cada una de las cepas. Esto se consigue gracias a una técnica que Marcela Chandía, enóloga y gestora de este proyecto, aprendió mientras trabajaba en Sudáfrica.
Cada una de las cepas se fermenta por separado y pasan 14 meses en barricas 100% francesas de 1er uso.
 
El resultado es un vino donde frutas negras maduras son la protagonista y se ensamblan de manera perfecta con toques de madera.
 
En nariz encontramos mix de frutos negros, tabaco, regaliz, pimentón rojo ahumado y caramelizado. Toques de anís y vainilla… por raro que perezca, a ratos nos hizo pensar en un Sunny (el dulce).
 
En boca es un vino horizontal. Mix de pimientas, capuchino, moras y arándanos de finales del verano. Hay toques de poleo.
 
Taninos redondos, amables, bien cuidados.
 
 
Chile diVino es el proyecto de la enóloga chilena Marcela Chandía, un sueño hecho realidad tras más de 20 años de experiencia en viñedos de Nueva Zelanda, Francia, EE. UU. y Sudáfrica . En 2014 lanzó este sello personal donde crea vinos de autor “casi hechos a mano”, que reflejan su alegría, cercanía y pasión por el terruño.
 
Su portafolio de vinos se caracteriza por ser frescos, amigables y, al mismo tiempo, complejos y sabrosos.
 
Marcela ganó en 2024 varios reconocimientos en el Catad’Or World Wine Awards, incluyendo Gran Oro para “Corazón 2021” y Oros para “La Confundida” . Estos premios reflejan el cariño, dedicación y autenticidad que pone en cada botella, y su objetivo ahora es seguir llevando Chile diVino a más paladares dentro y fuera de nuestro país.