La nueva añada de este novedoso vino Naranjo del año, sigue siendo una mezcla de Sauvignon Blanc (50) / Viognier (25) / Roussane (25).
 
No conocemos otro vino con una mezcla similar.  Vale la pena mencionar también que la cepa Rousanne es una de las cepas blancas menos plantadas en Chile. Según el Catastro Vitícola Nacional 2019 del SAG (publicado en 2021), hay menos de 31 ha plantadas en todo el país.
 
Por si acaso… ¿Qué es un Vino Naranjo? Es un blanco que fue elaborado como un tinto, es decir, el mosto estuvo en contacto con las pieles de la uva durante parte o la totalidad del proceso de fermentación – y a veces más allá, por un tiempo posterior durante la guarda.
 
Nota de Cata: La primera cosa que llama la atención de este vino es su color llamativo: efectivamente tiene un lindo color como el Amber, haciendo justicia a su nombre, gracias a los 42 días que el blend pasó en contacto con sus pieles.
 
Su nariz, como suele ser el caso de los naranjos, es extraordinariamente fragrante y atractivo, con notas de durazno, flores blancas, cascara de naranja, miel y frutas cítricas. Sentimos jazmín y los condimentos de galletas de jengibre y pan de pascua.
 
En boca, evoca el licor Campari con manzanilla, cascara de limón y de naranja, toques de pomelo y una capa subyacente de mineralidad.  
 
Cabe señalar que a veces se puede producir la cristalización de los ácidos tartáricos en la botella, en la forma de sales, pero no representa un defecto ni tampoco inciden en el disfrute del vino.
 
Sugerencias de Maridaje Funciona de maravilla con comidas especiadas; recomendamos especialmente las comidas de origen asiático. Aguanta las comidas picantes e incluso la salsa de soya.
 
Pescados con grasa (como el salmón) y mariscos como camarones; locos.
 
Los mismos viñateros de esta joyita lo recomiendan para comenzar un asado, en combinación con longaniza o prietas.  
 
La viña Attilio & Mochi es una joya boutique ubicada en el sector de Orrego Arriba, en el Valle de Casablanca, Chile.
Fundada en 2011 por la pareja brasileña de ingenieros en alimentos, Marcos Attilio y Angela Mochi, quienes se enamoraron primero de los vinos chilenos en la importadora que tenían en Brasil y al venir a Chile se enamoraron del terroir. 
La viña nació del deseo de elaborar vinos que reflejen fielmente su terroir. En su viñedo de 5,5 hectáreas, cultivan ocho variedades, incluyendo Sauvignon Blanc, Viognier, Roussanne, Pinot Noir, Cabernet Franc, Syrah, Malbec y la primera Garnacha del valle. 
Comprometidos con la sostenibilidad, utilizan prácticas ecológicas como riego impulsado por energía solar y fertilización con compost elaborado a partir de subproductos de la bodega.